LECCIÓN No. 5.  (regresar al índice)

EL PROCESO DE LA SALVACION Y DE LA SANTIFICACION
 

LECTURA DEVOCIONAL: Hechos 16:29-34.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Hechos 16:31.

LECTURAS DIARIAS

LUNES: Juan 16:5-15.
MARTES: Hechos 2:36-42
MIÉRCOLES: Hechos 3:19-26.
JUEVES: Hechos 26:12-18.
VIERNES: I Tesalonicenses 4:1-11.
SÁBADO: I Pedro 2:11-25.
DOMINGO: II Tesaloniceses 5:12-24.
 

PROPÓSITO

Presentar el plan completo de Dios para el hombre: a) La salvación de sus pecados. b) Su entera santificación.
 

EL PLAN DE DIOS PARA LA REDENCION TOTAL DEL HOMBRE

1.  El Espíritu Santo produce en nuestro corazón una convicción de pecado y nos guía al arrepentimiento, que es un profundo dolor en el corazón por haber pecado, andando lejos de Dios. El resultado es dar media vuelta y caminar en nueva vida.

Juan 16:8, "Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado".

Hechos 2:37, "Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el hombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo".

Romanos 2:4, "¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento".

II Pedro. 3:9, "El Señor... es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento".

II Corintios 7:10, "Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse".

2.  El Espíritu Santo aplica la Palabra de Dios en el corazón y nace la fe en Cristo para salvación:

Romanos 10:17, "... la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios".

Hechos 3:19, "Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados

3.  Los que creen, son salvos y se gozan por su decisión:

Hechos 16: 29-34, "... se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos le dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa" "Se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios".

4.  También hay celebración en el cielo:

Lucas 15:7, "... habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento".

5.  Los que no creen, se pierden y lamentan su decisión:

Lucas 18:23-24, "... oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico. Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas

6.  Pedro dice que al creer en Cristo se recibe perdón:

Hechos 16:43, "... todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre".

7.  Pablo recibió el mismo mensaje directamente de Jesús:

Hechos 26:15, 18, "Yo soy Jesús... para que reciban por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados".

8.  La conversión es redención o pago de rescate del pecado.

Efesios 1:1, "... nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados, según las riquezas de su gracia".

Col. 1:13-14, "... y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados".

8.  La conversión es morir al pecado y vivir una nueva vida:

Gálatas 2:20, "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí".

9.  La conversión es un nuevo nacimiento:

Juan 3:3, "Respondió Jesús y le dijo. ... de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios".

Santiago 1:18, "Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas".

I Juan 3:9; 5:18, "Todo aquel que es nacido de Dios no practica el pecado... no puede pecar porque es nacido de Dios".

10.  La conversión es justificación. Dios declara justos a los que creen en Cristo.

Romanos 5:1, "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo".

Romanos 5:9, "Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira".

Romanos 8:30, "Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó".

11.  La conversión es resucitar de los que están muertos en el pecado:

Efesios 2:6, "...y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús

Colosenses 2:12, "... sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos".

Colosenses 3:1, "Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios".

12.  La conversión es regeneración y renovación:

Tito 3:15, "... nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo".

13.  La conversión es ser adoptados como hijos de Dios:

Romanos 8:15, "Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos ¡Abba, Padre!"

Gálatas 4:5, "... para que redimiese a los que estábamos bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos".

14.  El Espíritu Santo nos asegura nuestra salvación:

Romanos 8:16, "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios".

15.  Generalmente después de la conversión sigue un periodo de conflicto, en el cual el cristiano se encuentra en una lucha: obedecer al Espíritu Santo y entregarse totalmente a su control, o seguir dominado por los restos de su vida anterior, el hombre viejo, el ánimo carnal, el egoísmo. Cuando Pablo les escribe a los corintios les recuerda su conversión, su santidad inicial.

I Corintios 1:1-9, "... a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos". Pero más adelante les recuerda que aún son carnales.

1 Corintios 3:1-4, "De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo".

16.  El cristiano pronto descubre que se halla en una crisis:

Romanos 7:21-25, "Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado".

17.  Sin embargo, cuando el cristiano decide poner fin a esa lucha interior y entregarse totalmente al control del Espíritu Santo, efectúa una entera consagración y Dios efectúa en él la obra de santificación. A esta etapa de la vida cristiana se le llama entera santificación. Otros términos usados son: Santidad Escritural, Perfección Cristiana, la Segunda Bendición, Amor Perfecto (usado por Juan Wesley), Bautismo con el Espíritu Santo.

18.  La santidad, no es perfección absoluta, sino una vida dirigida totalmente por Dios; es una vida de madurez, de motivos puros, victoria sobre el pecado; yendo siempre hacia adelante y hacia arriba.

Romanos 6:1, "Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu".

Romanos 8:9, "Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él".

19.  Siempre aprendiendo de Cristo, a través de las Escrituras:

Efesios 4:13, 15, "... hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo... crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo".
 

LA SANTIDAD ES LA MÁS ALTA META DEL CRISTIANO

1.  La vida de santidad es la más alta meta del cristiano en el plan de Dios; es un imperativo ineludible, un mandato. La parte que le toca hacer al hombre es la entera consagración, una entrega completa a la voluntad de Dios. La parte de Dios es la santificación operada por su Espíritu Santo.

2.  Después de la conversión hay una meta superior:

Romanos 6:22, "... libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna".

Lucas l:74,75, "... librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos en santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días".

Romanos 6:19, "... así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia".

I Corintios 1:2, "... a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos".

I Tesalonicenses 4:3, "... la voluntad de Dios es vuestra santificación".

I Tesalonicenses 4:7, "... no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación".

I Pedro 2:9, "... sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa".

II Pedro 3:11, "Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir!"

3.  Dios demanda santidad para tener comunión con él:

I Pedro 15:16, "... como aquél que os llamó es santo, sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo".

I Tesalonicenses 3:13, "... para que sean afirmados vuestros corazones irreprensibles en santidad delante de Dios".

Hebreos 12:14, "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor".

4.  Desde la redención, por la sangre de Cristo, somos santificados:

Hebreos 10:10, "En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre".

Colosenses 1.21-22, "... ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él".

5.  Se alcanza la santidad total cuando el Espíritu Santo controla todo el corazón:

Juan 14:17, "... el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros".

Juan 14:26, "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho".

Juan 16.13, "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío y os lo hará saber

Romanos 8:9, "Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él".

Romanos 8:13-14, "... si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios".

Romanos 8:26, "... el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles".

6.  La santidad no es sólo una apariencia exterior de piedad; es una motivación interior manifestada en la vida práctica diaria:

II Corintios 7:1, "... limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios".

Gálatas 5:22,23, "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe mansedumbre, templanza".

7.  La santidad afecta la totalidad del ser humano

I Tesalonicenses. 5:23, "Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado entero sin reprensión para la venida de nuestro Señor Jesucristo".

8.  La vida de santidad es un proceso constante de aprendizaje:

Romanos 12:1-2, "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta".

9.  Dios nos disciplina para que alcancemos santidad y vivamos en ella:

Hebreos 12:10, "Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad".
 

LA ORACION

Orar es comunicarnos con Dios, hablar con él espontáneamente, para adorarlo, para pedirle por nuestras necesidades materiales, para tener dirección en nuestra vida diaria.

1.  Cuando oramos interviene la Trinidad.

2.  Oramos a Dios Padre: "Padre nuestro que estás en los cielos" (Mateo 6:9).

3.  Pedimos en el nombre de Jesús:

Juan 14:13, "Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo".

4.  El Espíritu Santo nos guía para pedir adecuadamente:

Romanos 26:27, "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos".

5.  Hay diversos tipos de oración:

a.  De alabanza y adoración, (Mateo 11:25-26).
b.  De petición por nuestras necesidades, (Mateo 26.42).
a.  De intercesión en favor de otros, (Juan l7:l-26).
6.  No debemos orar con "vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos", (Mateo 6:7).

7.  ¡Cuidado con la creencia de que la oración es proyectar la mente sobre algo o alguien para obtener un propósito! La idea de que las ondas cerebrales o el pensamiento pueden dirigirse hacia un objetivo, y que con una adecuada concentración se pueden mover cosas o personas, es una idea pagana que enseña el poder de la mente sobre la materia, una especie de hechicería que hay que evitar. Orar es poner toda la confianza en Dios y las promesas de Su Palabra, para que Él en Su soberanía, bondad, amor, justicia y sabiduría, decida la mejor respuesta para sus hijos.