LECCIÓN No. 7  (regresar al índice)

LA NECESIDAD DE LA APLICACIÓN DE LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA

PARA ESTUDIO: I Corintios 5:1-13.
LECTURA DEVOCIONAL: I Corintios 5:1-13.
TEXTO PARA MEMORIZAR: I Corintios 5:7.

PROPÓSITO

Entender que el propósito de la disciplina en la iglesia es restaurar al hermano y para mantener la pureza moral de la iglesia.

I.  INTRODUCCIÓN

     Pablo ya ha hablado acerca de las contiendas y divisiones que amenazaban la iglesia.  Ahora entra a tratar una situación grave de la cual se había enterado.  Las prácticas inmorales tenían que ser eliminadas de la iglesia que estaba en Corinto.

     El problema de inmoralidad que el apóstol se propone tratar es muy grave dentro de la iglesia.  Sin embargo, no podía ser resuelto antes de tratar los problemas de las divisiones, porque una iglesia dividida no puede luchar contra el pecado (Lucas 11:17).

     Esta sección que se inicia aquí, trata de la inmoralidad sexual, los pleitos en los tribunales paganos y cuestiones concernientes al matrimonio (Capítulos 5 al 7).

     Este capítulo nos habla de la necesidad de disciplina que tiene la iglesia, la manera y propósito con que debe administrarse.


II.  EXPOSICIÓN

A.  LA FALTA (v. 1)

     Un hombre había formado una unión ilícita con su madrastra, pecado que parecía repugnante hasta para los paganos, y que estaba explícitamente prohibido en la ley (Levítico 18:8).  La señora posiblemente era pagana, pues Pablo no se refiere a ella, porque a los “de afuera los juzgará Dio” (v. 13).


B.  LA ACTITUD DE LA IGLESIA

     “Y vosotros estáis envanecidos” (v. 2).  Pablo estaba escandalizado por tal pecado, pero más escandalizado estaba ante la actitud floja de la Iglesia.  A ellos no les interesaba.  Y no era que lo ignoraran, pues Pablo les dice: “De cierto se oye...” (v. 1), como queriendo decir que eso era del dominio público.


C.  LA ACTITUD CORRECTA (v. 2b)

     “No debierais más bien haberos lamentado”.  Aquí la palabra “lamentado” es la misma que se utiliza para decir que se está llorando por un muerto.  Se ha dicho que nuestra seguridad contra el pecado reside en el hecho de que nos escandalicemos ante él.  Pero el remedio no sólo es lamentarse; había que quitar a aquel hombre de en medio de ellos (v. 2b).  Esta decisión puede parecer muy drástica, pero si analizamos su propósito vamos a ver que es lo mejor que se puede hacer.


D.  EL PROPÓSITO DE LA DISCIPLINA (vs. 3-5)

     En el versículo 3 vemos que Pablo era muy firme en cuanto a velar por la pureza de la iglesia.  “Ya he juzgado al que tal cosa ha hecho”.  En el versículo 4 aprendemos que Pablo enseña que la iglesia debe ejercer la disciplina “en el nombre de Jesucristo.

     El versículo 5 es la sentencia que aquel pecador merecía.  “El tal sea entregado a Satanás”.  Esto quiere decir que deben excomulgarlo.  Recordemos que el mundo es considerado como el dominio de Satanás (Juan 12:31; Colosenses 1:13) y la iglesia como el dominio de Dios.  Entonces entregarlo a Satanás significa declararlo pagano, excluido de la iglesia.  Este retiro del compañerismo de la iglesia tenía como propósito que aquel hombre reconociera su error y se arrepintiera; cosa que se logró según leemos en II Corintios 2:5-11).


E.  “LIMPIAOS” (vs. 6-8)

     Otro propósito de la disciplina es el de proteger la vida moral de la iglesia.  Hay que ejercer disciplina por el bien de la iglesia, pero nunca debe ser vengativo, sino preventiva y curativa.

     “Un poco de levadura leuda toda la masa” (v. 6).  La levadura aquí es símbolo de pecado.  Por lo que esto quiere decir que cualquier compadrazgo con el pecado, o cualquier apoyo o tolerancia a la impureza, afecta la vida de la Iglesia.

     El versículo 7 nos habla de la necesidad de que la iglesia se limpie del pecado, aunque parezca insignificante.  Había una tradición ente los judíos, que el día anterior a la pascua debían encender una vela y buscar ceremoniosamente la levadura de la casa, y tirar hasta el último pedazo de ella.  Esto nos da luz sobre la búsqueda de Dios en Sofonías 1:12.  Nos habla del cuidado que debemos tener para conservar la pureza de la iglesia, y evitar la filtración del pecado.


F.  “NUESTRA PASCUA, QUE ES CRISTO” (v. 7)

     Cristo es el “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).  En Éxodo 12 se dan los lineamientos necesarios para celebrar la pascua de los judíos, que era la fiesta que conmemoraba la salida de Egipto.  Pero la pascua de los cristianos, no consiste en otra cosa que Cristo.  Y para nosotros sus seguidores, la pascua no se celebra sólo un día, sino que toda nuestra vida debe ser “una fiesta santa para Él”.  Esta fiesta, hoy consiste en extraer de nuestra vida todo pecado, esa vieja levadura que nos dominaba antes de recibirle a Él, y vivir una vida transparente de total fidelidad y sinceridad hacia Cristo (v. 8).


G.  “NO OS JUNTÉIS CON LOS FORNICARIOS” (vs. 9-13)

     Pablo habla de una carta anterior.  Este juntarse quiere decir el no tener íntima asociación con ellos.  Con esto no les estaba diciendo que se fueran a vivir en una cueva en donde nadie los viera, o que se encerraran en un monasterio; pues esto sería contrario a la oración de Cristo en Juan 17:15-19.  Recordemos que los cristianos deben estar en el mundo, pero el mundo no debe estar en ellos.

     Lo que quiere decir es que ellos no debían tolerar la inmoralidad entre los miembros de la Iglesia.  Se deben hacer todos los esfuerzos posibles para mostrar al mundo que la iglesia de Cristo no tolera el pecado en su seno.


H.  UNA LISTA DE PECADOS (v. 11)

     Esta lista incluye a los fornicarios, a los avaros, a los idólatras, a los maldicientes (que maldicen), a los borrachos y ladrones.  Y una buena pregunta que surgiría entonces es esta: ¿Ponen en su iglesia en disciplina a los fornicarios?  La respuesta será un sí rotundo, pero vamos con otra:  ¿Ponen en su iglesia en disciplina a los avaros?  O, ¿Ponen en disciplina en su iglesia a los que usan lenguaje abusivo (maldiciente)?  Maestro:  Discuta esto con los hermanos.

     Cuando la iglesia se dé cuenta que la disciplina es para el bien del disciplinado y para protección del nombre de la “Esposa de Cristo”, vamos a poder trasmitir al mundo un mensaje de poder contra la maldad que envuelve al mundo y a muchas iglesias modernas.


CONCLUSIÓN

     “Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros”.  Esto nos enseña que hay momentos en que se debe actuar drásticamente para detener la infección y resultados trágicos del pecado.  Recuerde: La iglesia de Cristo necesita disciplina.  La disciplina no es una venganza o castigo sin propósito, sino un período de restauración y curación del infractor.