LECCIÓN 7  (regresar al índice)

CÓMO IDENTIFICAR LAS FALSAS DOCTRINAS

PASAJE PARA ESTUDIO: I Juan 4:1-6.
LECTURA DEVOCIONAL: II Pedro 2:1-3; Efesios 4:11-16.
TEXTO PARA MEMORIZAR: I Juan 4:4.


PROPÓSITO

    Capacitar a los hermanos para que conozcan las bases que Juan provee para identificar las falsas doctrinas, a fin de que puedan permanecer firmes y crecer en su vida cristiana.

BOSQUEJO

I.    HAY DOS CLASES DE ESPÍRITUS (I Juan 4:1)
A.    EL ESPÍRITU DE FALSEDAD
B.    EL ESPÍRITU DE VERDAD (Juan 14:16-17)
II.    CÓMO IDENTIFICAR LOS ESPÍRITUS (I Juan 4:2-3)
A.    ¿QUÉ CREEN EN CUANTO A CRISTO?
B.    “TODO ESPÍRITU QUE NO CONFIESA QUE JESUCRISTO HA VENIDO EN CARNE, NO ES DE DIOS”
C.    EL ESPÍRITU DEL ANTICRISTO (I Juan 4:3b)
III.    ¿CÓMO OBTENER LA VICTORIA FRENTE AL ESPÍRITU DEL ERROR?  (I Juan 4:4-6)


INTRODUCCIÓN

    En esta lección será importante notar el énfasis que el apóstol pone en lo que uno cree.  Para él es importante lo que uno cree.  Hay personas que dicen que toda religión es buena sabiéndola llevar.  ¿Qué nos dice realmente la Palabra de Dios?

I.    HAY DOS CLASES DE ESPÍRITUS (I Juan 4:1)

Muchos cristianos primitivos estaban siendo engañados por profetas falsos.  Estos profetas falsos eran hombres que pretendían hablar por inspiración divina.  Ante esto, el apóstol exhorta a probar los espíritus (examinarlos) si son de Dios o no.


A.    EL ESPÍRITU DE FALSEDAD

El diablo tiene sus emisarios, Cristo nos previno acerca de esto (Mateo 24:24).  Por esto es importante que conozcamos las doctrinas fundamentales de la Biblia.  Es importante también que, como miembros de una denominación, conozcamos qué creemos nosotros en cuanto a nuestro Señor Jesucristo y Su muerte en la cruz.

Será muy importante que tomemos en cuenta estas palabras para considerar a aquellos grupos que dicen tener las manifestaciones del Espíritu en sus cultos, pero que nos dejan mucho que pensar.  Nosotros tenemos el Espíritu, nos dice I Juan 3:24; 4:13.  Este Espíritu nos puede dar la sabiduría para que identifiquemos a los espíritus si son de Dios o no.

B.    EL ESPÍRITU DE VERDAD (Juan 14:16-17)

El Espíritu Santo es el Guía y Maestro que nos enseña todo en cuanto al Hijo de Dios y Sus enseñanzas (Juan 14:26).  El apóstol Pablo dice que es Él quien nos da dones o habilidades especiales para que podamos probar los espíritus (I Corintios 12:10).  Este don de discernimiento nos protege de los falsos profetas, como los gnósticos, quienes en los tiempos de Juan y aun en nuestros días, pueden contaminar y destruir la vitalidad de la iglesia.

1.    En el versículo 1, el apóstol presupone que cada cristiano posee la habilidad de distinguir entre el bien y el mal, entre lo auténtico y lo falso.  Esta habilidad la podemos obtener, o aumentar, estudiando y conociendo más profundamente la Palabra de Dios.  Debemos pedir que Dios llene nuestros corazones de Su Santo Espíritu, y al mismo tiempo dejando que Él nos guíe a través de Su Palabra.

2.    Este don o habilidad es importante ante la proliferación de las diversas ideologías religiosas de hoy.  Ideologías, como por ejemplo: el espiritismo, las brujerías, los Testigos de Jehová, el mormonismo, las “iglesias” derivadas del neognosticismo, etc.  Hermanos no creamos a todo espíritu.  El hecho de que lleven una Biblia, o que sus discursos estén llenos de textos bíblicos, o que hablen acerca de Dios o de Jesucristo, no es garantía de que sea una doctrina sana o verdaderamente bíblica.

PREGUNTAS PARA DISCUTIR

1.    ¿Cómo podemos identificar a los predicadores falsos en la actualidad?

2.    ¿Qué es lo que identifica a un predicador falso?

3.    ¿Cuál son las bases doctrinales de la Iglesia Evangélica “Amigos”?


II.    CÓMO IDENTIFICAR LOS ESPÍRITUS (I Juan 4:2-3)

    “En esto conoced...; Todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios”.

A.    ¿QUÉ CREEN EN CUANTO A CRISTO?

Según el apóstol Juan, es importante saber qué creen en cuanto a la encarnación de Jesús (vs. 2).  Desde este punto de argumentación se nos quiere demostrar que la confesión de Jesucristo como el Hijo de Dios encarnado es una muestra de que el Espíritu de Dios está obrando a través de un hombre.  Esta es una demostración contra el espíritu del anticristo, que no sólo se opone a este testimonio, sino que difunde la mentira y niega la humanidad de Cristo Jesús, o sea, su encarnación.

¿Por qué es tan importante la doctrina de la encarnación de Jesús?  (No estamos hablando de la reencarnación, o enseñanza falsa de los espiritistas, del hinduísmo y de los gnósticos modernos, que sostienen que al morir el cuerpo, el alma ocupa otro cuerpo que nace, pasando por sucesivas vidas hasta pagar por todos sus pecados).  Hebreos 9:27 niega enfáticamente la reencarnación: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”.

La doctrina de la encarnación de Cristo es básica para el cristianismo, el cual se  funda en el hecho de que el “Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Juan 1:14)”.  Jesús se hizo hombre para morir por la humanidad en expiación por nuestros pecados, el gran hecho histórico con el que Dios completó la redención.  Dio se hizo hombre.  Negar esta verdad es negar lo que Dios hizo y lo que está haciendo por la salvación de los hombres.

(Al recordar y conmemorar la anunciación de Gabriel a la virgen María, sobre el nacimiento milagroso de Jesús, y también la Navidad, que fue celebrada por los coros celestiales, por los pastores de Belén y magos del Oriente, estamos enfatizando aún más la encarnación de Jesús.  Por ello el gnosticismo ha estado borrando de las iglesias la práctica de celebrar la Navidad, que ha servido por siglos para leer las porciones bíblicas de la entrada del Dios eterno en este mundo como humano) [Nota del redactor].

B.    “TODO ESPÍRITU QUE NO CONFIESA QUE JESUCRISTO HA VENIDO EN CARNE, NO ES DE DIOS”

Todo el que niega la humanidad verdadera de Jesús es anticristo, tanto como los que niegan su deidad.  Como hemos visto en las lecciones anteriores, probablemente Juan estaba oponiéndose a las enseñanzas de los gnósticos docéticos, que enseñaban que Cristo sólo pareció tener un cuerpo humano.  Su cuerpo era algo así como la apariencia de un fantasma.  Esta enseñanza minaba el valor expiatorio de la muerte de Jesucristo, porque si Él nunca tuvo un real cuerpo humano, de carne y hueso, Jesucristo el Hijo de Dios no murió en realidad.  Esta enseñanza gnóstica es una mentira del diablo.

C.    EL ESPÍRITU DEL ANTICRISTO (I Juan 4:3b)

La mayoría de comentaristas concuerdan que las Escrituras diferencian el último Anticristo de los previos anticristos y del espíritu del anticristo.  En I Juan 2:18, como aquí Juan nos habla de aquellos que no son el Anticristo, pero hacen causa común con él, emulando su espíritu malvado, negando las verdades fundamentales del Evangelio.  Por eso se les llaman anticristos, porque negaban la realidad de la encarnación.

III.    ¿CÓMO OBTENER LA VICTORIA FRENTE AL ESPÍRITU DEL ERROR?  (I Juan 4:4-6)

Juan nos presenta dos fuerzas antagónicas espirituales que luchan por nuestras almas.  El poder de Cristo, quien murió por nuestros pecados (I Juan 4:4) y el poder del presente mundo maligno (I Juan 4:5).

Aquí se da por sentado que el cristiano puede vencer al espíritu del mal, del anticristo.  ¿Cómo?  “Porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (I Juan 4:4).  ¿Quién está en nosotros?  En el capítulo 3:24, Juan nos dice que Dios nos ha dado de Su Espíritu.  El Espíritu Santo morando en nuestros corazones puede capacitarnos para triunfar sobre las fuerzas o poderes demoníacos.  Hechos 13:6-12 es un gran ejemplo de cómo un hombre lleno del Espíritu de Dios puede triunfar sobre los poderes del infierno.  Por eso la Biblia nos asegura que mayor es el que está con nosotros, que el que está en el mundo.

¿De lado de quién estamos nosotros? (v. 6).  Los seres humanos, dice el apóstol, o estamos de lado de la verdad o de lado del error.  No hay término medio.  Somos de Dios o no somos de Dios.  Y si somos de Dios, oímos las enseñanzas de los apóstoles, el testimonio de los que vieron, oyeron y palparon al Cristo, el Hijo de Dios.  Si somos de Dios vamos a creer en el único medio que Dios ha provisto para nuestra salvación (I Timoteo 2:5; Hechos 4:12).

PREGUNTAS PARA DISCUTIR

1.    ¿Por qué es tan importante la doctrina de la encarnación de Jesús?

2.    ¿Por qué es importante que estemos siempre al lado de Dios?

PARA REFLEXIONAR

1.    Los que defienden la sana doctrina, muchas veces son acusados de fanáticos y cuadrados; sin embrago, son la fuerza que Dios utiliza para frenar a los falsos predicadores.

2.    Cada día tenemos que escudriñar las Escrituras y dejarnos guiar por el Espíritu Santo.

3.    Los poderes malignos no tienen dominio sobre ningún hijo de Dios.

4.    Los cristianos siempre debemos estar velando en oración.

5.    Dios no se hace al lado de ninguno.  Somos nosotros los que tenemos que estar al lado de Él.  Dios siempre nos llama a que le sigamos ejerciendo nuestra voluntad, pero Él no nos obliga.

APLICACIÓN

          El Espíritu Santo mueve nuestro corazón con cierta inquietud o intranquilidad cuando oímos en la radio, vemos en la televisión, leemos un libro, escuchamos una predicación o canto que contiene enseñanzas que no están de acuerdo con la Palabra de Dios. Recordemos que Jesús dijo en Juan 14:26: “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho”.

           Al sentir tal inquietud, debemos estudiar más a fondo las Escrituras y libros sobre doctrinas falsas para sistematizar nuestros conocimientos y poder enseñar debidamente a otros.

PREGUNTAS PARA CONSIDERAR

1.    ¿Sabe usted que es la enseñanza gnóstica del Pensamiento Positivo?

2.    ¿Ha oído acerca del Evangelio de la Salud y la Prosperidad?


CONCLUSIÓN

Pidamos que Dios nos llene de Su Espíritu a fin de que estemos capacitados para enfrentar el error; para enfrentar aquellos que pretenden hablar por inspiración divina.  También tenemos que estar llenos del Espíritu Santo para enfrentar a aquellos que pretenden ser los portadores exclusivos de la verdad, cuando en realidad niegan con sus hechos las verdades fundamentales del Evangelio.  Éstos ponen como fundamento de su salvación lo que su Iglesia o grupo religioso hace, no lo que Cristo ya ha hecho por nosotros.

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