LECCION No. 5   (regresar al índice)

JESUS ENSEÑA ACERCA DEL JUICIO



PARA ESTUDIO: Amós 2:6 -3:2; Mateo 13:1-51; Apocalipsis 19.
LECTURA DEVOCIONAL: Salmo 1
TEXTO PARA MEMORIZAR: Apocalipsis 19:1-2.
 

LECTURAS DIARIAS

LUNES: El Señor Ha Hablado. Amós 3:1-8.
MARTES: El Juicio se Acerca. Amós 9:7-15.
MIERCOLES: "El que tiene oídos para oír. Mateo 13:1-9, 18-23.
JUEVES: Los Secretos del Reino. Mateo 13:10-17.
VIERNES: La Cizaña Entre el Trigo. Mateo 13:24-30,36-43.
SABADO: El Testimonio de Jesús. Apocalipsis 19:1-10.
DOMINGO: "Rey de Reyes". Apocalipsis 19:11-16.
 

PARA DISCUSION Y ESTUDIO

1.  ¿Qué tan factible es el principio de las recompensas y el castigo para el mal vivir dentro de la sociedad donde vivimos?  Discuta.
2.  ¿Cuál es el propósito de que la cizaña y el trigo crezcan juntos en el mundo?  Comente.
3.  Si Dios es amor, ¿por qué va a juzgar a los inconversos?  Discuta.
4.  ¿Qué relación hay entre los términos justicia, amor, misericordia, expiación y perdón?  Comente.
 

PROPOSITO DE LA LECCION

 Ayudarnos a entender con más claridad las enseñanzas de Cristo acerca del juicio.
 

EXPOSICION DE LA LECCION

INTRODUCCION

 Cristo Jesús no fue el que inició con la idea de las parábolas.  El método parabólico había sido usado efectivamente en el Antiguo Testamento (II Samuel 12:1-4; Isaías 5:1-6).  Pero el Señor fue el único que enseñó por parábolas en el Nuevo Testamento.  Una de las razones por qué él enseñó por ese medio, es porque era una de las formas más fáciles para retener la verdad.  La parábola presenta el máximo de verdad en el menos espacio posible, y en esta forma la verdad permanece o es recordada por más tiempo.

 La parábola viene del griego "parabello" que quiere decir "colocar uno o dos objetos juntos con propósitos de comparación" (Mateo 13:44-46).  La definición más popular es que una parábola es "una historia terrenal que muestra una verdad celestial o espiritual".  La parábola difiere del cuento o de la fábula en que la historia de la parábola puede haber sucedido o es factible de suceder; y el cuento o la fábula no.  Veamos Jueces 9:8 donde se presenta a los árboles platicando entre ellos.

 ¿Por qué hablo Jesús en parábola?  ¿Por qué las usó con más frecuencia cuando las multitudes se hicieron más hostiles hacia él?  Algunos dicen que el Señor enseñó en parábolas para enseñarles ciertas verdades a sus discípulos en tal forma que sus enemigos no las entendieran.  Pero él vino a salvar a todos los hombres, a todos los que creyeran en él (Lucas 19:10).

 La parábola tenía el propósito de esclarecer la verdad y no de esconderla, en la misma forma que una lámpara era para iluminar (Marcos 4:21-22).  Cristo Jesús usó la parábola tratando de abrir los endurecidos corazones de los incrédulos que le seguían.  Rubén Welch dice lo siguiente en referencia a la función de la parábola: "El propósito de la parábola era estimular la conciencia, avivar el discernimiento para confrontar a los hombres con las demandas que hacía Dios por medio de Cristo Jesús, en tal forma que los oyentes fueran atraídos a un arrepentimiento genuino.  La efectividad de la parábola dependía de la respuesta de los corazones que la escuchaban".
 

I.  LA PARABOLA DEL SEMBRADOR
    (Mateo 13:1-8, 18-23)

 ¿Qué tan importante es la condición del corazón en el evangelismo?

1.  "EL SEMBRADOR SALIO A SEMBRAR" (v. 3).

 Estas palabras acercan a la multitud a una escena familiar, y Jesús establece contacto con sus oyentes.  Las referencias a las parábolas del Maestro muestran que Jesús estaba alerta a las cosas que sucedían a su derredor cuando él enseñaba.  En ocasiones es mucho mejor usar material ilustrativo de experiencias pasadas por los oyentes que experiencias propias.  Así que Jesús se refirió al sembrador, que cargando con una bolsa llena de semilla, se internó en el campo para sembrar.

2.  "PARTE DE LA SEMILLA CAYO"

 Notemos que la semilla es idéntica en cada caso; la lección que nos enseña este pasaje no estriba en la diferencia de semillas.  El aspecto importante de la parábola sugiere una diferencia en la tierra.  La diferencia entre los cuatro terrenos, dice el Dr. Ralp Earle que sugieren "Un cuarteto de los corazones humanos".  Notemos primeramente que parte de la semilla cayó junto al camino o sea en los corazones insensibles.  Aquí tenemos un terreno que si alguna vez había sido arado y ablandado, otra vez se había endurecido.  Sugiere una indiferencia a las cosas espirituales.  Segundo, parte de la semilla cayó en pedregales o sea los corazones superfluos  o triviales.  Este terreno era muy delgado y cubierto con pedregales.  Este terreno se refiere a corazones que empezaron con mucho entusiasmo y celo pero pronto se les terminó su propósito.  Posiblemente debido a un arrepentimiento superficial, o a la herencia de un hogar plagado con la maldición de la irresponsabilidad.  Como resultado, "al venir la persecución o aflicción por causa de la palabra, luego tropieza" (v. 21).

 Enseguida, tenemos el terreno lleno de espinos, los corazones asfixiados.  Este terreno muy bien puede representar la tiranía de las cosas, "el engaño de las riquezas", "y el afán de este siglo".  La tierra era lo suficientemente buena, pero es incompatible que la cizaña o yerba mala deje que el grano dé su fruto.  En dondequiera que existe esta competencia, por lo general la cizaña gana.

 Finalmente, parte de la semilla cayó en "buena tierra", los corazones firmes y constantes.  Este terreno recibió la semilla y la cultivó cuidadosamente.  El corazón que espera dar fruto en abundancia, tiene que ser atendido de acuerdo al fruto que se espera recibir.

 La diferencia en las cosechas, aun con la mejor de las tierras, sugiere diferencias en cuanto a la oportunidad del servicio, implicando diferencia de capacidades mentales.  Es imposible esperar que todos los creyentes sean idénticos en sus frutos.

 Algunos dan "a ciento", otros "a sesenta" y aun otros más a "treinta por uno" (v. 23).
 

II.  EL ENEMIGO Y LA CIZAÑA
     (Mateo 13:24-30)

 ¿Cómo podemos explicar la paciencia de Dios hacia aquellos que continúan en el pecado?

 Esta parábola solamente se encuentra en Mateo.  Es similar a la anterior en el sentido que ambas tratan de semillas; porque las lecciones que enseñan son muy diferentes.

1.  LA SIEMBRA (vrs. 24-26)

 Aquí la semilla es el evangelio y el sembrador es el Hijo del Hombre (13:37).  La tierra es fértil e intensamente receptiva.  Notemos sin embargo, que mientras "dormían los hombres" (v. 25).  Adam Clarke sugiere que estos que dormían son los maestros tibios y los pastores indolentes, que no están alertas cuando el pecado entra en la iglesia.  Otro escritor ha dicho que "no hay nada tan escurridizo como una herejía colándose dentro de la iglesia".  Otros escritores piensan que el sueño tiene referencia al período normal de descuido en la vida cristiana.  El punto que queremos recalcar es que Satanás anda siempre alerta para colarse dentro de la vida de cada creyente y de la iglesia.

 En el versículo 25, se usa la cizaña para referirse a cualquier tipo de semilla degenerada.  Es un tipo de semilla muy parecida a la que da fruto, sin embargo, cuando viene la cosecha el sembrador se da cuenta que es enteramente inservible y estéril.  Adam Clarke sugiere que el verso 25 es una ilustración de la entrada del pecado en el Edén: Dios sembró la santidad pero fue corrompida por Satanás.

2.  UNA POSIBLE SOLUCION (vrs. 27-30)

 Cristo Jesús recalcó el peligro de sacar la cizaña en una forma impetuosa.  Cuando los siervos se dieron cuenta que la cizaña estaba creciendo junto con el trigo, se apresuraron a pedirle a su Señor que los dejara arrancar la cizaña.  Adam Clarke comenta, "Un celo irreflexivo y precipitado es tan temido como la ausencia total de una disciplina estricta".  Cristo admiró el deseo de sus siervos pero les habló del peligro de dañar el buen trigo "Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro" (vrs. 29-30).  La tierra que produce santos puede producir también pillos.  Pero los siervos no podían distinguir entre el trigo y la cizaña.  Algunas veces la hipocresía pasa inadvertida hasta el tiempo de la cosecha.

 Esta parábola enseña que Cristo muestra una confianza completa en la gracia de Dios para guardarnos a pesar de la maldad en medio de nosotros.  También nos recuerda con palabras solemnes que el tiempo de la siega llegará con toda seguridad.
 

III.  LA COSECHA FINAL
      (Mateo 13:36-43)

 ¿Cuál es el aspecto reverencial y atemorizante del juicio final de Dios?

1.  "LOS SEGADORES SON LOS ANGELES"

 Aquí Cristo está diciendo que Dios ha autorizado a los ángeles para que ellos determinen quienes son el trigo y quienes la cizaña.  Aunque nosotros reconocemos bien la diferencia entre la gente, en cuanto a pecado y santidad, Dios le permitirá sólo a los ángeles establecer el juicio final.  Esto nos asegura o quieta el temor de que se cometa una equivocación.

2.  "EL FIN DE ESTE SIGLO"

 En este pasaje se nos presenta la enseñanza de Cristo de que habrá un juicio final, al que Juan Wesley le llama el Gran Tribunal.  La explicación de esta parábola del trigo y la cizaña contiene un buen número de verdades acerca del juicio final.  Primero, llegará el tiempo que se acabará el período de crecimiento, y llegará el tiempo de la cosecha.  Segundo, notemos que "a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad", serán asignados a la destrucción.  Esta es una declaración muy solemne, porque puede incluir algunos seres amados o alguien que vive al otro lado de nuestra casa.

 Tercero, el destino de la cizaña es el "horno de fuego".  De este horno no hay escapatoria.  "Allí será el lloro y el crujir de dientes"; es una frase usada exclusivamente por Jesús, y se encuentra cinco veces en el evangelio de Mateo (Mateo 8:12; 13:42; 22:13; 24:51; 25:30).  Este cuadro aterrador nos enseña la calamidad del castigo eterno.  Verdades de esta naturaleza necesitan ser recalcadas en este día cuando el infierno se menciona como una broma y no como una verdad bíblica muy seria de consideración.  Invite a los que tratan de eliminar la realidad del sufrimiento físico, de aquella noche eterna, a que lean estas palabras otra vez.
 

CONCLUSION

 Ya sabemos que la justicia es cosa rara en este mundo; las injusticias se han hecho tan comunes en todas las esferas que es fácil olvidarnos que hay un Justo que a pesar de los tiempos no ha cambiado y sigue siendo el Justo y Hacedor de Justicia.

 Hay algunos juicios parciales, podríamos decir; pero habrá un día del juicio en que el Cristo que hoy se ofrece como Salvador y Redentor del pecado y sus consecuencias, será el Juez Supremo.  El está viendo todos los caminos de los hombres; antes que esté la palabra en nuestra boca, él ya lo sabe todo.  Los móviles y los pensamientos de nuestros corazones están desnudos y abiertos ante los ojos de Aquél a quien tenemos que dar cuenta.

 Sin duda habrá muchas sorpresas en ese gran día.  ¡Cuántas apariencias de piedad que han negado su eficacia!  Cristo no mira como el hombre mira; porque el hombre ve lo que está delante de sus ojos, más él ve el corazón.  Por esa causa puede y es el Juez justo.  Es posible realizar grandes hazañas eclesiásticas, pero aquel día, serán pesados en la balanza del Supremo.

 Cristo ratificó esta enseñanza; nada podrá abrogarla.  Constantemente en sus parábolas encontramos la división de los resultados.  Peces buenos y peces malos arrojados; trigo y cizaña: aquel, en el alfolí, ésta al fuego y así podríamos seguir.  Sí, él es el Salvador amoroso y potente Salvador, pero del pecado y no en el pecado.  Su misma salvación real hace que aquellos que deveras no se someten a su plan, tengan que afrontar un día el justo juicio de Dios.
 

ILUSTRACION

 Se cuenta que la reina Elizabeth de Inglaterra se sintió en cierta ocasión, airada contra Cristóbal Hatton, Canciller del Imperio; y cuando éste fue a entrevistarse con la soberana, Elizabeth le lanzó una mirada que paralizó el corazón del Canciller, quien cayó muerto.  Si tal cosa le puede suceder a un hombre ante la mirada de una reina, ¿qué será cuando el pecador tenga que comparecer ante un Dios que ciertamente está airado por las injusticias, crímenes y atropellos que se cometen en el mundo?

                                     -Alfredo Lerín.