LECCIÓN No. 8  (regresar al índice)

LA SANTIDAD MORAL

PARA ESTUDIO: Capítulos de Levítico como indicado en la lección.
LECTURA DEVOCIONAL: I Corintios 6.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Levítico 19:2.

PROPÓSITO

     Practicar la santidad en todas las áreas de nuestra vida viaria.

     Se dedican los primeros capítulos del libro de Levítico a las leyes rituales, o sea, la santidad ceremonial.  Sin embargo, comenzando con el capítulo 18, se habla de la santidad moral.  Muchas de estas leyes, en contraste con las leyes rituales, están vigentes para los cristianos de hoy en día.  Las leyes que se encuentran en estos capítulos tienen que ver con cualquier aspecto de la vida.  Dios es diferente porque es Santo, y quiere que su pueblo sea diferente (separado) también.

     La base de estas sanciones es Dios mismo.  No dependen de la edad, la cultura, los deseos humanos o solamente porque son prácticas.  El mundo toma sus patrones o normas de su contexto.  En cambio, el creyente recibe sus normas de Dios mismo.  En este capítulo y los dos siguientes, Dios insiste en la pureza de la vida en su pueblo.  Los pecados que aquí se prohíben son tan feos, que uno creería que es innecesario mencionarlos; pero debemos recordar que todas estas cosas abominables eran practicadas por las naciones paganas que estaban alrededor de Israel.  Por eso Dios tenía que especificarlos y prohibirlos con penas de las más severas.  Dios insistía en que su pueblo escogido se apartara de tales abominaciones.  Los versículos 3 y 24-30 mencionan claramente que los egipcios, de donde habían salido, y los cananeos, adonde iban, practicaban estos pecados.  Por todos estos pecados, Dios estaba echando a los cananeos de la tierra y quería ejecutar su juicio sobre ellos, ordenando a los israelitas para que los mataran a todos.


A.  LA CASTIDAD (capítulo 18)

     En este capítulo se mencionan varios pecados sexuales: 1) Incesto —vss. 6-19.  2) Adulterio —vs. 20.  3) Homosexualidad —vs. 22.  4) Bestialidad —vs. 23.  El incesto es la prohibición del casamiento entre parientes cercanos.  La frase “descubrir su desnudez” quiere decir “tener relaciones sexuales con”.  Se incluyen varios ejemplos de relaciones prohibidas.  Aunque no se menciona específicamente el casamiento entre primos hermanos, bien se incluye en el principio básico del versículo 6, que prohíbe los matrimonios entre los cercanos de carne.  En el Nuevo Testamento también se ve la prohibición del incesto (1 Corintios 5:1-5).

     No cabe duda que los pecados de homosexualidad están prohibidos (Romanos 1:26-27; 1 Corintios 6:9; Judas 7).  También están prohibidos los pecados de fornicación y adulterio (1 Corintios 6:9, 13, 18).  La primera epístola a los Corintios indica que los pecados sexuales hacen daño a la persona que los comete.  Es parte de la santidad moral abstenerse de pecados sexuales.  Dios quiere que seamos puros en esta área (1 Tesalonicenses 4:3-5).

     Levítico 18:18, es una limitación a la práctica de la poligamia (un hombre casado con varias mujeres).  Moisés no prohibió totalmente la poligamia por causa de la dureza de sus corazones (Mateo 19:8), pero sí, prohibió tener a hermanas como esposas del mismo hombre a la vez.  Al morir una mujer, su esposo podía casarse con la hermana de ella.  El versículo 20 es una repetición del séptimo mandamiento.  Mientras que el versículo 21 se refiere a la práctica horrorosa de muchas personas que sacrificaban a sus niños echándolos al fuego del ídolo Moloc; esto era un sacrificio humano terrible y abominable delante de Dios.

     El pueblo de Dios tenía que apartarse de todos estos pecados, porque era el pueblo de un Dios santo; por eso debían ser santos como Él.  Esto todavía está en vigor, y nosotros tenemos que apartarnos de la maldad del mundo y ser santos como nuestro Dios (1 Tesalonicenses 5:22, 23).


B.  OTROS PRECEPTOS Y PROHIBICIONES (Capítulo 19)

     En este capítulo vemos otros preceptos acerca de la conducta santa que Dios quería de su pueblo; siempre la base de esto fue su santidad (v. 2).  En este capítulo hallamos la ley básica de toda conducta con relación a otras personas: “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (v. 18).

     Las leyes mencionadas en vss. 9 al 18 son prohibiciones contra los pecados sociales.  Los pecados sociales son tan abominables a Dios, de la misma manera como lo son los pecados personales.  Sin embargo, muy poca atención se les presta a estos pecados.  Muy poco se mencionan en las predicaciones y estudios bíblicos.

     Un mandamiento que hemos dejado a un lado, pero que todavía está vigente es la ley de guardar el día de descanso (v. 3).  Este mandamiento es tanto personal como social.  No solamente necesitamos descanso un día de la semana, sino que también lo necesitan nuestros empleados.  ¿Cuántos cristianos dejan de trabajar el día domingo?  ¿Cuántos cierran sus negocios?  ¿Por qué no tomamos en serio este mandamiento?  Es cierto que ya no guardamos el séptimo día como en el Antiguo Testamento, pero el principio moral se nos aplica a nosotros.  Debemos guardar un día de cada siete.  En nuestro caso debemos guardar el domingo.

     Versículo 19.  No se sabe exactamente el motivo de esta prohibición, pero probablemente era para enseñarles a respetar las leyes de la naturaleza que Dios había establecido.  Los versículos 20-22 hablan del abuso hacia una esclava quien no se consideraba responsable de adulterio por ser esclava.  El hecho de que no se mataba el hombre por el adulterio, muestra lo malo de la esclavitud.

     La ley dada por Moisés no prohibía la esclavitud, pero sí, la regulaba prohibiendo sus formas peores.  Versículos 27-28 hablan de actos de gran tristeza en tiempo de muerte.  El versículo 27 puede referirse a señales hechas en el cuerpo como a un ídolo.  La última parte de 28 lo menciona más claramente.

     Notamos la obligación de tratar bien siempre a los extranjeros.  Debían recordar que ellos habían sido extranjeros una vez y que solamente por la misericordia de Dios eran libres.  Todavía hoy, Dios exige la rectitud y bondad en el trato con los otros; esto es porque somos hijos de un Dios santo y debemos ser como Él es.


C.  PENAS (Capítulo 20)

     En este capítulo encontramos las penas por la infracción de las leyes ya notadas en los capítulos anteriores, especialmente en el capítulo 18.

     Había pena de muerte por: ofrecer los hijos a Moloc, hechicería, por maldecir a los padres, adulterio, incesto, sodomía (v. 13), bestialidad (vss. 15-16).  (En otras partes hallamos la pena de muerte por: homicidio (Éxodo 21:12), robo de personas o secuestro (Éxodo 21:16), idolatría (Levítico 20:1-5), blasfemia (Levítico 24:15-16), quebrantar el séptimo día (Éxodo 31:14; Números 15:32-36), profecía falsa (Deuteronomio 18:10, 11, 20).

     Dios tenía que imponer tales penas para enseñar a su pueblo lo serio que es violar sus leyes.  También tenía que imponer suficiente pena para que no hicieran estos pecados tan abominables.  Las penas eran necesarias para preservar a la sociedad.  Las personas que harían tales cosas no eran dignas de vivir, especialmente entre el pueblo del Dios santo.  Cometer estos pecados, sería como traicionar a Dios.

     Hay mucha discusión entre los evangélicos del día de hoy, si el estado debe o no practicar la pena de muerte.  Esta parte de la ley cae bajo la categoría de la ley civil, la cual está abrogada para la Iglesia de hoy.  Sin embargo, siempre estamos obligados a obedecer las leyes civiles de nuestros gobiernos (Romanos 13:1-8).  Algunos ven en Romanos 13 permiso para que el estado siga practicando la pena capital (Romanos 13:4).  Sin embargo, ningún gobierno condena a sus ciudadanos con todas las penas mencionadas en este capítulo.  A pesar de las penas severas, los hombres han seguido pecando; la ley no puede cambiar el corazón.  Lo que la ley no puede hacer, Cristo lo puede hacer.

     Por medio del nuevo nacimiento, la regeneración, hecha por Cristo en el corazón del que le acepta, el carácter del individuo cambia, de tal modo que no quiere pecar más.  Cristo le da suficiente poder para que ya no siga pecado voluntariamente (Romanos 8:1-3).