LECCIÓN No. 12  (regresar al índice)

RESPONSABILIDAD Y CUIDADO DE LOS MINISTROS

PARA ESTUDIO: Números 18; versículos señalados de 2 Corintios 8 y 9; otros pasajes.
LECTURA DEVOCIONAL: I Pedro 5:1-4.
TEXTO PARA MEMORIZAR: I Corintios 9:14.

PROPÓSITO

     Comparar las responsabilidades y la forma de sostén de los sacerdotes del antiguo sistema con las responsabilidades y formas de sostén de los líderes cristianos de hoy en día.

A.  NÚMEROS 18

     En el tiempo del Antiguo Testamento, el sacerdocio se limitó a una sola familia, y era por herencia.  Así que se restringía el sacerdocio.  En los capítulos que preceden a Números 18, tenemos el relato de la rebelión de Coré, Datán, y Abiram contra Moisés como el líder político y contra Aarón como el líder religioso del pueblo de Israel.  Dios castigó esta rebelión, y reafirmó el liderazgo de Moisés y Aarón en una manera muy dramática; la tierra se abrió y tragó a Coré y sus seguidores, juntamente con su familia; y salió fuego de Dios y consumió a los otros rebeldes.  Después Dios hizo que la vara de Aarón floreciera, y de esta manera reafirmó su liderazgo religioso en el sacerdocio.

     Números capítulo 18 confirma de nuevo la responsabilidad de Aarón y de sus descendientes de cuidar el santuario y el altar.  Otra persona que intentara tomar esta responsabilidad moriría.  Dios también reafirmó las responsabilidades de los levitas de tener el cargo del tabernáculo.

     El sistema del día de hoy, por supuesto, es muy diferente en la Iglesia de Cristo.  No se limita el sacerdocio a una sola familia que se hereda de padre a hijo.  Tampoco se limita a un tipo de cleros, sino que la teología cristiana, desde el tiempo de la Reforma, ha afirmado el sacerdocio universal de todos los creyentes.  Esto se basa en 1 Pedro 2:9.  Además, ahora somos todos invitados a entrar confiadamente al lugar santísimo (Hebreos 10:19-22; véase también Hebreos 4:16).  Esto no significa de ninguna manera que Dios no aparta a líderes para su iglesia con responsabilidades especiales.  Por supuesto que lo ha hecho (véase Efesios 4:11-13 y I Corintios 12:28-31).

     Todos los cristianos son llamados a “anunciar las virtudes de Aquél que les llamó de las tinieblas a su luz admirable” (I Pedro 2:9).  Sin embargo, algunos son llamados específicamente para “perfeccionar a los santos para la obra del ministerio” (Efesios 4:11, 12).  Deben de ser pastores cuidando y siendo ejemplos de la grey de Dios (I Pedro 5:2-4; Hebreos 13:7, 17).  Como tal, deben de ser cuidados y honrados por la grey.  De esto hablaremos después.

     Hoy en día uno no hereda el liderazgo espiritual como lo hacía Aarón y sus hijos.  Dios llama a quienes Él quiere.  Claro hay demandas especiales para que sean calificados para el liderazgo.  Dios requiere que sean honorables delante de Él (1 Timoteo 3:1-12; Tito 1:6-9), porque tienen el cargo del santuario de Dios, su pueblo.  En el Nuevo Testamento hay amonestaciones severas para los que están en posiciones de liderazgo (1 Corintios 3:10-17 y Santiago 3:1).

     Así es que la congregación tiene a su cargo el cuidado y honor de sus líderes; mientras que los líderes deben de cuidar a la congregación y ser un ejemplo de rectitud para la Iglesia.


B.  EL SOSTÉN DE LOS LÍDERES (Números 18)

     Números 18 trata del sostén financiero de los líderes religiosos de Israel en el tiempo del Antiguo Testamento.  Dios no les dio tierra a los levitas ni a los sacerdotes como a las otras tribus.  Tenían ciudades en que habitar, pero no tenían tierra para cultivar (18: 20, 23).  Por eso Dios estableció un sistema para que pudieran ser recompensados mientras se dedicaban a sus deberes espirituales.  Se dio a los sacerdotes ciertas porciones de los sacrificios para que comieran (18:8-11), las primicias de la cosecha (18:12-13) y los primogénitos de los rebaños y la redención de los hijos primogénitos (18:15-16).  Los animales limpios los podían comer, pero los no limpios tenían que redimirlos.  Recibían también la redención por los primogénitos de los hijos.  Otra parte de su sostén venía de la décima parte de los diezmos dados a los levitas (18:26, 28).

     En cuanto a los levitas, ellos tenían que vivir de los diezmos que sus compatriotas les daban.  Eso era su herencia (18:21-24).  Entonces, como vimos anteriormente arriba, los levitas tenían que contribuir al sostén de los sacerdotes, dándoles un diezmo de los diezmos que ellos recibían.

     El Nuevo Testamento no habla específicamente acerca del diezmo como lo hace el Antiguo Testamento.  El Nuevo Testamento no manda directamente que los cristianos deben dar sus diezmos; pero la aprobación de dar los diezmos, está implicada en las palabras de Jesús cuando les dijo a los líderes judíos que el diezmo no era tan importante como la práctica de misericordia, justicia, y fidelidad.  Jesús dijo que había que practicar la justicia, la misericordia y la fe, sin dejar de dar los diezmos (Mat. 23:23).  El pasaje de las Escrituras que habla más específicamente acerca de las ofrendas se encuentra en II Corintios 8 y 9.  No habla exclusivamente o directamente acerca del sostén de los pastores.  Al contrario, da principios generales y guías para dar con alegría.  Estos principios son:

1.  Dar sacrificialmente y más allá de su capacidad (II Corintios 8:3).
2.  Darse así mismo primero a Dios (II Corintios 8:5).
3.  La actitud de la persona que da es más importante que la cantidad (II Corintios 8:12).
4.  Una de las metas por las cuales ofrendar es de igualar los recursos —los que tienen más dan a los que tienen poco (II Corintios 8:13-15).
5.  Se debe administrar cuidadosamente lo que se da para evitar escándalos (II Corintios 8:18-21).
6.  Cosechamos conforme a la manera que sembramos (II Corintios 9:6).
7.  Debemos dar alegre y voluntariamente, porque Dios ama al dador alegre (II Corintios 9:7-8)
8.  Dios nos proveerá para que podamos darles a otros que tienen necesidad (II Corintios 9:10, 11)
9.  El ejemplo en todo esto es Jesucristo, “que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico” (II Corintios 8:9).

     En cuanto a cómo sostener a los líderes, el Nuevo Testamento da dos maneras: 1) La congregación o los beneficiados del evangelio cuidan a los ministros.  2) Los ministros pueden sostenerse a sí mismos.

     Históricamente, las Iglesias “Amigos” optaron por la segunda manera, (Pero hoy no).  Ellos creían que pagarle a un pastor lo corrompía y lo hacía codicioso de una posición mejor.  Ellos le llamaban a los pastores “empleados”.  La práctica de ministrar sin remuneración se basaba en Mateo 10:8: “de gracia recibisteis, dad de gracia”.  Notamos también que Pablo practicaba el concepto de auto sostén (Hechos 18:3; II Tesalonicenses 3:7-10).  Él lo hizo para no obstaculizar el evangelio (I Corintios 9:12).  Sin embargo,  Pablo apoya el derecho del ministro de ser sostenido por los que se benefician de su ministro (I Corintios 9:7-11, 13-14; 2 Tes. 3:9).  En realidad el apóstol Pablo declaró que: “Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio” (I Corintios 9:14).

     Es permitido, pues, que el pastor se sostenga o que trabaje en otra ocupación para aumentar sus ingresos mientras ministra en la Iglesia.  A veces hay circunstancias que demandan este método.  Sin embargo, la manera normal e ideal de sostén pastoral es que la congregación sostenga al pastor.  (Lea I Corintios 9:7-14 de nuevo; véase también Romanos 15:27 y I Timoteo 5:17, 18).  Una buena regla es que la Iglesia provea al pastor un salario igual al promedio de los salarios de los miembros de la congregación.


CONCLUSIÓN

     Ya sea que Dios nos ha llamado o no a una posición de liderazgo, que seamos fieles en dar generosamente a los que están en el ministerio a tiempo completo.