LECCIÓN No. 5  (regresar al índice)

“JEHOVÁ PELEARÁ POR VOSOTROS”
(Éxodo 14:14)

PARA ESTUDIO: Éxodo 13:17 - 17:1-16.
LECTURA DEVOCIONAL: Hebreos 11:28-30; Salmo 105:37-45.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Juan 6:58.

PROPÓSITO

     Considerar las diferentes formas en que la provisión de Dios suplió todas las necesidades de los israelitas en su peregrinación por el desierto.
 

INTRODUCCIÓN

 Así como la crucifixión y la resurrección son el tema central del Nuevo Testamento, así la redención efectuada por los juicios de Dios en Egipto, es el tema central del libro de Éxodo y de todo el Antiguo Testamento.  En Éxodo la salvación es nacional, física, política y colectiva.  La redención en el Nuevo Testamento es individual, personal, y principalmente espiritual.  En ambos casos, la muerte fue el precio necesario que había de pagarse.  Ambos, el Éxodo y la redención efectuada por Jesucristo, se celebran por los siglos en la Pascua y en la Santa Cena.


A.  CON MANO FUERTE: LA COLUMNA DE NUBE Y DE FUEGO (Éxodo 13:17)

     Dios no condujo a Su pueblo de Egipto hasta Canaán por la vía más corta de la planicie de Filistea, sino haciendo un gran rodeo a través del desierto, para poder probarlos, mostrarles Su poder, protegerlos y preservarlos.  Además, dijo Dios: “para que no se arrepienta el pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto” (vs. 17).  El pueblo iba armado (vs. 18).  No pelearía con los egipcios, Dios pelearía toda esta batalla.  Pero más adelante sí iban a enfrentarse a otros enemigos.

     Antes de morir, José hizo jurar a sus parientes que cuando Dios los sacaran de Egipto debían llevar sus huesos para enterrarlos en Israel.  Como alto dignatario egipcio, José fue embalsamado y colocado en un lujoso ataúd (Génesis 50:24-26).  Al salir de Egipto los israelitas cumplieron con su promesa (vs. 19).  Hebreos 11:22 lo recuerda así: “Por fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento acerca de sus huesos”.  Más adelante sería enterrado en Siquem (Josué 24:32).

     Salieron de Sucot y luego acamparon en Team –“Muro de Fortaleza”.  Como la zarza ardiente en Horeb, el símbolo de la presencia de Jehová con ellos era “una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche” (vs. 21).  Esta señal nunca se apartó de ellos (vs. 22).  Quizá en vez de dos columnas, o sea, que de noche lucía como fuego, y de día se veía más el humo del fuego.  En Éxodo 14:24 dice: “la columna de fuego y nube”, como una sola.  A veces Dios hablaba desde la columna (Números 12:5; Deuteronomio 31:15).  Siglos después esto lo celebraban los Salmo 78:14; 105:39.


B.  EL PASO DEL MAR ROJO (Éxodo 14)

     Dios ordenó a Moisés hacer un cambio de ruta y acampar junto al mar (vss. 1-4).  Se cree que este mar es el Lago de Menzaleh, llamado también Mar de Juncos, en cuyo extremo sur ocurrió el milagroso paso del mar.  El Faraón consideró a los israelitas atrapados entre el desierto y el mar y así marcharía contra ellos.  El plan de Dios era ejecutar su juicio final contra el endurecido gobernante egipcio, y mostrar allí su gloria (vs. 5).

     El Faraón se arrepintió una vez más de haber dejado ir aquella enorme cantidad de mano de obra barata.  Montó en su carro y fue, seguido de seiscientos carros escogidos y todos los demás carros, para impedir la fuga (vss. 5-7).  “Pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa” (vs. 8).

     Iba todo el ejército egipcio con caballería y con carros (vs. 9).  Al verlos, los israelitas temieron grandemente y clamaron a Dios (vs. 10).  A pesar de los prodigios vistos con ocasión de las plagas, dudaron y comenzaron con una serie de reclamos a Moisés que duraría toda su peregrinación.  Sarcásticamente dijeron: “¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto?”  “Mejor nos fuera servir a los egipcios” (vss. 10-12).

     Moisés los calmó diciéndoles: “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros”.  Aquel día verían el fin del ejército egipcio (vs. 13).  “Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” (vs. 14).  Tal promesa debe darnos paz, pues es efectiva aun hoy, porque proviene de Dios, quien no hace acepción de personas y es el mismo ayer, hoy y por los siglos.  Sólo asegurémonos de estar del lado de Dios y en Su voluntad.

     Dios ordenó a Moisés no clamarle, sino mandar al pueblo que marchara; y que él alzara su vara y partiera el mar para que el pueblo pasara en seco (vss. 15-16).  Dios reiteró que destruiría al ejército egipcio y sería glorificado en ello (vss. 17-18).  Aunque Israel iba armado, aquella victoria sería ganada por Dios sólo.

     El ángel de Dios en la columna que los guiaba, estaba ahora entre los egipcios e Israel y los mantenía alejados.  Aquéllos tuvieron tinieblas toda la noche, mientras éstos, luz (vss. 19-20).

     Al extender Moisés su vara, Jehová partió las aguas.  Estas quedaron como muros a la derecha y a la izquierda, e Israel pasó en seco.  Cuando llegaron los egipcios a la mitad del mar, Dios les causó gran confusión: quitó las ruedas a los carros y todo se trastornó.  Al ver a Dios pelear por Su pueblo, trataron de huir, pero Moisés extendió su vara de nuevo.  El mar se cerró y ahogó a todo el ejército, y “no quedó de ellos ni uno” (vss. 22-28).

     Ahora que veían al ejército egipcio eliminado, los israelitas temieron a Jehová y le creyeron; y también a Moisés (vss. 30-31).


C.  EL CÁNTICO DE MOISÉS Y DE MARÍA (Éxodo 15:1-18)

     Esta poesía épica, joya de todos los tiempos, celebra cómo Dios, con mano fuerte y brazo extendido, redimió al pueblo que Él había escogido.  Los versículos 1-12 relatan el Éxodo; los versículos 13-18 enumeran los pueblos que conquistarían: Edom, Moab, Canaán.  Los versículos 20 y 21 contienen el canto de María: tal vez una versión corta de canto de Moisés, que las mujeres repetían al danzar.  El Salmo 90 también fue escrito por Moisés.  Es posible que haya escrito otras piezas poéticas similares.


D.  ESTACIONES ENTRE AL MAR ROJO Y EL SINAÍ (Éxodo 15:22 a 17:1-16)

1.  PRIMERA CRISIS (Éxodo 15:22-27)

     Anduvieron por el desierto de Sur 3 días sin agua (Éxodo 15:22).  Al hallarla, eran aguas amargas y por eso llamaron Mara aquel lugar (vs. 23).  Hubo murmuración contra Moisés, pero Dios le mostró a él cómo endulzar las aguas con una planta aromática (vss. 24-25).  Dios les prometió que si guardaban Sus leyes, no les vendría “ninguna enfermedad”, y se les reveló como el Señor que Sana: Jehová Rafa.

2.  SEGUNDA CRISIS (Éxodo 16:2-3)

     Mes y medio después de su salida, llegaron a Elim (Éxodo 15:27; 16:1-2).  Allí recordaron las comodidades de Egipto, añoraron la carne y el pan durante su esclavitud, y murmuraron de nuevo (vss. 2 y 3).

     Dios ofreció darles maná, “pan del cielo” (vs. 4; Salmo 78:24,25; Juan 6:31).  Debían confiar en la provisión diaria de Dios y tomar cada día sólo lo suficiente.  Según Lucas 11:3, debemos orar: “El pan nuestro de cada día danoslo hoy”.  Dios los probaría al ver si obedecían sus instrucciones.  El sexto día debían recoger el doble, porque el sábado debían reposar (vs. 5).

     Además del maná, recibirían carne y comerían hasta saciarse.  Moisés les dijo que al murmurar contra él, protestarban realmente contra Dios (vs. 6-9).  Dios les habló desde la nube y les reiteró su ofrecimiento de darles alimento (vss. 9-12).  Aquel día se cubrió el campamento con codornices (vs. 13).  Y la siguiente mañana vieron “una cosa menuda, redonda... como escarcha” (vs. 14).  En el versículo 31 dice: “como semilla de culantro, blanco, y su sabor como de hojuelas con miel”, y lo llamaron “maná”:  “¿Qué es esto?” (vs. 15).

     La medida diaria que debían recoger era un gomer por persona (un galón, vs. 16).  Era la medida exacta para el sustento diario (vss. 17-18).  No debían dejar nada para el otro día (vs. 19), pues se engusanaba.  Quienes no obedecieron, pronto lo comprobaron (vs. 20).  Después de recolectar el maná, salía el sol y derretía el que quedaba en el suelo (vs. 21).

     Para enfatizar la señal del pacto: el guardar fielmente el sábado, debían aprovisionarse desde el sexto día; y el séptimo no se podría, pues ese día no aparecería sobre el campo (vss. 22-27).

     Un gomer de maná debía depositarse dentro del Arca del Pacto y guardarse como recordatorio a los descendientes acerca de la provisión divina en el desierto (vss. 32-34).  Hebreos 9:4 dice: “Y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná”.  Esta comida milagrosa jamás cesó de venir hasta que Israel llegó a los límites de Canaán (vs. 35).

     Deuteronomio 8:3 dice: “Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre”.  Esto significa que el hombre debe sustentarse también de la Palabra de Dios.  Jesús lo repitió en Mateo 4:1-4.

     En Juan 6:32 leemos: “Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: no os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo.  Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo”.  En el versículo 35, añade: “Yo soy el pan de vida; el que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree, no tendrá sed jamás”.

3.  TERCERA CRISIS: OTRA VEZ SED (Éxodo 17:1-7).

     Al llegar a Refidim faltó el agua de nuevo y el pueblo protestó diciendo que Moisés los había sacado de Egipto para matarlos de sed (vss. 2-3).  Moisés creyó que esta vez lo apedrearían (vs. 4).  Pero el Señor, pacientemente dijo a Moisés que se acompañara de algunos ancianos y con su vara golpeara la “peña de Horeb”.  Así lo hizo Moisés y la crisis pasó (vss. 5-6).

     Aquel lugar fue llamado Masah y Meriba, pues allí provocaron a Dios diciendo: “¿Está, pues Jehová entre nosotros, o no?” (vs. 7).  Censuramos a Israel por ser incrédulos, murmuradores e inestables en su fe, después de ver tanta maravilla durante su liberación.  Sin embargo, a veces actuamos así también al olvidar su provisión y cuidados pasados, mientras nos angustian las crisis presentes.

     I Corintios 10:1-4, dice: “nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo”.

4.  CUARTA CRISIS: GUERRA CONTRA AMALEC (Éxodo 17:8-16)

     Al llegar a Refidim, el pueblo de Amalec atacó a Israel (vs. 8).  Los amalecitas descendían de un nieto de Esaú (Génesis 36:12).  Moisés designó a Josué para organizar la defensa.  Por primera vez se menciona al que sería sucesor de Moisés y conquistaría la Tierra Prometida.  Mientras tanto Moisés y Aarón y Hur subieron a orar (vss. 9-10).

     Los versículos 11 y 12 ilustran el valor de la intercesión cuando hay crisis.  En la lucha espiritual la oración es sumamente importante.  Creemos que más que las manos alzadas, era la constancia en el orar lo que operaba que Israel prevaleciera. Y así venció (vs. 13).  Contra Egipto sólo Dios peleó la batalla.  Ahora Israel tuvo que hacerlo también.  Tenemos que esforzarnos y hacer nuestra parte.

     Dios mandó a Moisés registrar la victoria, quizá para recordar el futuro juicio contra Amalec, que ejecutado por Saúl (I Samuel 15:1-15).  Moisés levantó allí un altar y lo llamó Jehová Nissi, “Jehová es mi Bandera” (vss. 14-16).

     En Deuteronomio 25:17-19, se reitera el mandato de borrar la memoria de Amalec: pues “te salió al encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estaban cansado y trabajado; y no tuvo temor de Dios”.

5.  EN EL SINAÍ

     En el Sinaí, Moisés recibe la visita de su suegro Jetro.  Además, allí Dios le dio la Ley a Moisés.


PREGUNTAS PARA CONSIDERAR

1.  ¿Qué enseñanzas prácticas para su propia vida ha aprendido hoy?

2.  ¿Qué tipos de Cristo se presentan en esta lección?

3.  Por su contenido, ¿qué otro nombre le daría a esta lección?