LECCIÓN 2 (regresar al índice)

EL HOGAR – LA PROVISIÓN DE DIOS

¿QUÉ ES EDUCACIÓN CRISTIANA?

  1. Es enseñar la Palabra de Dios.
  2. Es cooperar con el Espíritu Santo en hacer el trabajo del Señor.
  3. Es enseñar a poner en práctica lo que dice la Palabra de Dios.
  4. Es ayudar a una persona a crecer hacia la madurez espiritual.
  5. Es hacer discípulos en todas las naciones.
    Podemos decir que EDUCACIÓN CRISTIANA es enseñar la Palabra de Dios bajo la dirección del Espíritu Santo, de tal manera que se ponga en práctica y haga que los cristianos crezcan hacia la madurez espiritual.

    Un hogar cristiano feliz es el hogar más hermoso en el mundo.  Dos personas que conocen y aman a Cristo han unido su amor, intereses y futuro en un deseo común, el glorificar a Dios.  El hogar debe ser un lugar de inspiración, consuelo y descanso para el cuerpo y la mente.

    Una iglesia nunca es más fuerte que las familias.  Cuando la vida de la familia se desintegra, la nación está perdida, y es lo que estamos viendo hoy en día en los países.  Incluso muchos países que se han llamado cristianos, tienen grandes problemas por causa del descuido en el hogar.

    Lot triunfó en su ambición política, y llegó a ser el Juez de Sodoma.  Pero su vida en el hogar y su testimonio fracasaron, de tal manera que llegó a ofrecer a sus hijas a los hombres perversos de Sodoma (Génesis 19:5-11).  Los avisos de la destrucción que les sobrevenía, les pareció como una broma a sus yernos (Génesis 19:14).  Podría ser que Sodoma se hubiera salvado si Lot se hubiera interesado menos en la política y se hubiera preocupado más por su hogar.

    El hogar es sagrado porque su plan se originó en la mente más grande, la mente de Dios (Génesis 2:24).  El matrimonio trae consigo muchos privilegios, pero éstos no pueden separarse de las responsabilidades.  Entre las muchas obligaciones está la de velar por el bienestar físico, moral y espiritual de los hijos.  El apóstol Pablo dice a Timoteo: “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” (I Timoteo 5:8).

    Las obligaciones físicas o materiales no pueden separarse de las obligaciones espirituales.  Donde existe un verdadero amor, se hará cualquier esfuerzo y sacrificio por los seres amados.  Si no lo hacemos así esto traerá rechazo a nuestro testimonio cristiano y, en la práctica, hará que nuestra fe sea negada y que nuestra manera de vivir descienda al nivel de las personas inconversas.

    En los planes divinos nunca encontramos que Dios quisiera que el hogar fuera únicamente un internado, un hotel o un lugar donde se suplen solamente las necesidades físicas del niño.  El hogar debe ser el lugar donde los padres y los niños viven juntos en un ambiente sano y bajo circunstancias que los conducirán al desarrollo espiritual.

    Prácticamente el niño pasa casi todo su tiempo en el hogar durante los primeros seis años de su vida.  Y se ha descubierto que esos primeros seis años de existencia son los más importantes porque son los años más impresionables.  El niño es amoldado por los sentimientos, las opiniones y la conducta que reina en el lugar donde vive, come y duerme.  Desde que el niño es muy pequeño aprende por medio de la imitación; después lo hace por medio de la comprensión.  Las costumbres de la vida y las actitudes de la mente se determinan antes que el niño tenga entendimiento completo.  Podemos decir que el hogar es el invernadero donde la planta tierna ha de ser protegida y formada durante sus años más susceptibles o impresionables.

    El niño tiene todo derecho de ser comprendido, amado y educado.  El hogar debe ser el primero en reconocer, garantizar y velar porque estos derechos sean alcanzados.  Es el hogar donde el niño recibe sus primeras y más permanentes ideas de Dios.  No recibe tanto de la calle como del hogar, ni tanto en la escuela como de la madre.  No es lo que oye en la iglesia, sino lo que ve en sus padres lo que el niño acepta.

    La influencia del hogar en la vida de cada niño es muy grande.  Recuerden, padres cristianos, que ustedes tienen un gran privilegio y una gran responsabilidad.  Dios ha colocado en sus manos esas vidas tiernas que esperan ser guiadas por el camino que les hará felices mientras peregrinan en esta tierra y que les llevará a gozar de la vida eterna con Cristo.  ¿Está usted dispuesto a aceptar su responsabilidad de criar a sus hijos en la disciplina y amonestación del Señor?  Recuerde que la influencia del hogar es más poderosa que la influencia de la iglesia o la escuela.  Acepte este reto.
 

CUESTIONARIO

  1. ¿Por qué es sagrado el hogar? 


  2. ¿Cómo debe ser el hogar cristiano? 


  3. ¿Puede una iglesia ser fuerte si la vida espiritual de las familias que la integran es muy débil?  ¿Por qué? 


  4. ¿Por qué fue un fracaso el testimonio de Lot? 


  5. ¿Qué significa para usted I Timoteo 5:8? 


  6. Si los padres son cuidadosos en velar por las necesidades materiales de sus hijos, ¿estarán cumpliendo con toda su responsabilidad como padres cristianos?  ¿Por qué? 


  7. ¿Por qué Dios no quiso que el hogar fuera sólo un lugar donde el niño come, vive y duerme? 


  8. ¿En qué forma es amoldado el carácter del niño? 


  9. ¿Cómo aprenden los niños pequeñitos? 


  10. ¿Cuáles son los años más susceptibles o impresionables? 
  11. ¿Cuáles son los derechos de los niños? 


  12. ¿Quién debe garantizarle estos derechos al niño? 


  13. En los primeros seis años de vida, ¿quién tiene más influencia sobre el niño, la madre, el padre o los amigos?  Diga por qué. 


  14. ¿Cuál es la obligación más importante de los padres cristianos? 


  15. Después de leer la lección, haga una lista de palabras nuevas; subráyelas y escríbalas en el espacio en blanco.  Seguidamente, busque el significado de cada una de ellas en un diccionario. 




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